No son pocos los segundos que vivimos:
Muchos segundos que pasan y cuyo contenido podemos elegir, podemos vestir, podemos crear su textura, música, color, significado y sentido. Pueden ser huecos o plenos, vacíos, intensos o profundos. Sí, podemos elegir qué “carácter” tiene cada instante.
Ya en la Grecia antigua utilizaban dos palabras para definir el tiempo: kronos, que vendría a ser el tiempo medido o cuantificado (de ahí la palabra cronómetro) y kairós, que hacía referencia a la calidad del tiempo, a la capacidad que tenemos los humanos de ser oportunos, adecuados y de darle a ese instante que se mide tan brevemente en segundos una calidad singular. Así, un beso dura pocos segundos, pero puede marcar el signo de una vida, o un abrazo, o una palabra amable, o un gesto de entrega.
De este modo, kronos sería el tiempo cósmico mientras que kairós es el tiempo humano: de la oportunidad, de la ocasión, de la entrega, de la creatividad, de la siembra consciente. El primero puede ser medido por los relojes, el segundo es tocado por el corazón.
De http://planosinfin.com/
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