Doy gracias al Universo

Estoy vivo, me siento vivo hoy y doy gracias al Universo por haber podido ver el sol un día más. Por poder respirar un día más.

Hablamos de las cosas simples, pero no nos damos cuenta de que lo más simple y a la vez lo más complicado que nos sucede cada día es poder levantarnos, disfrutar de un bonito amanecer y que podemos disfrutar de todo ello gracias al aire que respiramos. Si tenemos eso, lo tenemos todo.

Todo lo que nos sucede a partir de ahí se torna más complicado. Empezamos a complicarnos la existencia con tener el mejor de los trabajos, con poder vestir las mejores galas, con comprar un montón de artículos de lujo para adornar nuestras casas, artículos que más tarde acabamos aborreciendo, con tener un bonito coche que nos lleve de acá para allá o con encontrar en otra persona un complemento para nosotros mismos, sabiendo que más tarde o más temprano hemos de darnos cuenta de que si nosotros no estamos completos, nada que venga de fuera puede complementarnos. Y es entonces cuando sentimos ese gran vacío.

Y es que si nosotros no somos capaces de vivir aceptándonos a nosotros mismos nunca podremos tener esa capacidad maravillosa de aceptar a los demás como son. El respeto empieza por respetarnos a nosotros como personas, por querernos como somos, por aceptarnos como somos, y si hay algo que creemos que es inaceptable, empezar por cambiar esa parte que no nos gusta de nosotros mismos. El reto no es fácil, pero tampoco imposible.

Demos gracias cada mañana por algo que nos parece que nos corresponde por derecho, demos gracias por vivir, por sentir. Demos gracias por tener la oportunidad de estar un día más aquí