En los andares del día, un camino nos llevó a las aguas termales del "Agua Caliente". Tengo conociendo el lugar desde el siglo pasado; en los años 80's.
Fui Pentatleta. Eran largar caminatas por cerros vírgenes, botas, machetes y cantinploras. En aquella primera vista subimos cerros y llegamos por la parte de arriba al agua caliente.
Fueron muchas aventuras en la transición de la infancia a la adolescencia en el Pentatlón. Grandes enseñanzas en senderismo y campamentos.
Son varias pequeñas piletas que puedes disfrutar al bajar por la Cañada, para terminar con dos grandes albercas.
Le robamos un momento al día para limpiar el alma y deshacer el estrés acumulado. Una escapada que valió la pena.
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